Proyecto

Cuidadores de la Casa Común nace en Argentina a finales de 2015 en respuesta a la Carta Encíclica Laudato Si del Papa Francisco. Somos una red de organizaciones sociales y comunitarias con el objetivo de generar nuevas condiciones de integración para jóvenes de barriadas populares a través de la formación y la generación de oportunidades de trabajo digno en actividades vinculadas al cuidado de la Casa Común, nuestra Tierra. Detrás hay una larga historia de organizaciones que hicimos y hacemos una apuesta por trabajar en los territorios más empobrecidos y particularmente con jóvenes. 

misión

Nos mueve el llamado de aportar al desafío urgente de proteger nuestra Casa Común desde la concepción de que «un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres».

TRABAJO + ESPIRITUALIDAD = REVOLUCIÓN

Desarrollamos líneas novedosas de trabajo: Trabajo con la tierra; Construcción Sustentable; Turismo Comunitario, Textiles; Reciclado; Gastronomía. Apostamos a la conversión ecológica y comunitaria a la que nos convoca Francisco. Disputamos el sentido a la cultura del mercado desde el ejercicio de la fraternidad, la solidaridad, el cuidado. Lo hacemos desde la concepción de la educación popular, la economía social, promoviendo este nuevo paradigma y haciendo hincapié en el cuidado de las personas y del barrio como primer escenario donde se manifiesta la Casa Común. En eso estamos…

 

Historia

Este sueño comenzó a gestarse en Septiembre de 2015, cuando la Encíclica Laudato Si tenía apenas cuatro meses de vida. La conocimos a través del Obispo de Lomas de Zamora, Monseñor Jorge Lugones, quien nos la compartió en un encuentro llevado a cabo en la Parroquia Cristo Rey de la Ciudad de La Plata junto al Padre Rubén Marchiodi. La carta llegaba a nuestras comunidades ¿Qué nos decía? Probablemente el hecho de estar inspirada en San Francisco de Asís fue lo primero que nos tocó el alma. Fuertes opciones que hicimos en nuestra juventud lo tuvieron como modelo y guía. Pero también, y con la misma fuerza, nos llegó el contenido social y político de esta carta. Leímos la carta y nos conmovimos. Enseguida empezamos a  conversar cómo dar vida a este proyecto. Las primeras ruedas de conversación fueron entre Marcelo Vernet, Sonia Herrera, Clara Vernet y Martha Arriola. Podriamos decir que ahí se inició el fuego de la pasión por este nuevo desafío. Y ahí nomás pensar el nombre. Y paso seguido a armar un borrador para presentar a Jorge Lugones, padrino del proyecto. Luego, Coordinador a nivel nacional. Todo fue tan intenso y vertiginoso, tan apasionado como sólo nos sale cuando actúa el espíritu, cuando el proyecto contiene en sí la esperanza de más justicia para quienes sufren más la discriminación y la falta de horizontes. Desde noviembre de ese año, no paramos.