El gobierno nacional viene realizando un ajustazo desde el inicio de su mandato, que se encuentra en un punto de inflexión, no sólo por la difícil y grave situación en que pone a la población, sino y de un modo no menor, porque necesita para garantizar su continuidad, profundizar y ganar la batalla del relato social, la tan mentada batalla cultural.
Por esta razón, hoy más que nunca resulta insoslayable, definir, comunicar y contraponer nuestro ideario y el punto de partida de nuestra práctica, frente a un gobierno que día a día construye la idea del enemigo de turno, abonando el terreno para la destrucción de lo publico. La educación, en ese marco, es un objetivo principal.
Para el movimiento Nacional Cuidadores de la Casa Común, la educación resulta un vector central en su práctica.

En principio porque es imposible desarrollar una tarea en comunidad, sin la disposición a un aprendizaje colectivo en el que cada quien tenga un lugar para decir lo propio y ser afectado por las ideas y sentires de otros
Nos definimos como educadores populares y eso significa que nuestro punto de partida es la realidad y su lectura crítica, lo que exige una opción ético-política. Esa opción es desde y para los intereses de los grupos excluidos, para la pervivencia de la madre tierra.
Es una corresponsabilidad con desheredados y excluidos, pero también con el planeta, que al estar organizado sobre un modelo antropocéntrico ha ido degradando las formas de vida, que han sido vistas como menores y sometidas al control de lo humano.
Nuestra propuesta educativa implica en cada rincón de nuestra patria un proceso de encuentro cultural, confrontación y diálogo de saberes y desde allí propicia la organización comunitaria para caminar hacia la transformación de la actual sociedad en una más igualitaria.
Por ello es indispensable que en cada lugar donde estemos no solo fortalezcamos el intercambio democrático, diverso, respetuoso de las diferencias, sino que también ayudemos a desmontar, desocultar la narrativa oficial que tiene en la educación un blanco principal, que pone a circular teorías que degradan la escuela pública, el lugar de lo comunitario y que suman cada día una nueva apostilla, baste como ejemplo, la teoría del maestro adoctrinador y el 0800 para denunciarlo, la de la libertad de los padres para decidir si trabajo o educación para hijas e hijos, la del servicio esencial con la finalidad primera de vulnerar el derecho al justo reclamo docente, etc. Todo remite a un mundo que atrasa y en el que el derecho de pibas y pibes a una educación de calidad se ve afectado.
Mientras tanto ¿que hizo hasta ahora el gobierno nacional en torno a la política educativa? Entre algunas de sus decisiones:
No giró dinero del FONID, fondo nacional de incentivo docente.
No giro dinero para la continuidad de las obras en las escuelas.
No giro dinero para los programas pedagógicos Educ. ar, 5ta hora, FINES, Conectar Igualdad.
No giro dinero para el fondo de compensación salarial


A contra pelo de esto, la única política que se le ocurre al gobierno actual es poner en vigencia una prestación temporaria a favor de las familias cuyos hijos asisten a instituciones educativas públicas de gestión privada de niveles inicial, primario y secundario con aporte estatal.
El famoso voucher, resultó apenas una limosna temporaria para algunos sectores que han optado por la escuela de gestión privada, seguramente con esfuerzo para sostenerlo.
Un último subrayado para la educación de jóvenes y adultos, que hoy también desfinanciada, requiere del esfuerzo de las provincias para su continuidad.
La educación de jóvenes y adultos es una política pública muy importante, que ha tratado históricamente de reparar la situación de muchos argentinos y argentinas que no pudieron acceder plenamente al derecho a la educación. Trayectorias interrumpidas, escolarizaciones de baja intensidad y analfabetismo, todo lo cual, sabemos, empeora en situaciones de empobrecimiento. Son los países más pobres -o con la peor distribución de la riqueza y el ingreso- los que tienen las tasas más altas de analfabetismo.
No hace falta decir que el plan nacional de terminalidad educativa Fines ha sido una herramienta muy valiosa para acompañar el desarrollo y crecimiento de las y los jóvenes que pertenecen a nuestros espacios y construir nuevas oportunidades. Su debilitamiento, así como el congelamiento presupuestario de las universidades, no hace mas que confirmar que no existe proyecto alguno para garantizar el presente y el futuro de los que habitan esta patria.
Para sintetizar, nos encontramos frente a la reedición de las políticas neoliberales que ponen en jaque la vida de los pueblos, deshumanizan, privan y vulneran sus derechos más elementales. Nuestro lugar es y será de defensa del acceso a los derechos humanos para una plena integración social, entre ellos del derecho a la educación de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos
Cuidadores de la Casa Común seguirá apostando al camino de lo colectivo, para aportar en esa dirección.