PENSAMIENTO NATIVO: RESTAURACIÓN FORESTAL Y ECONOMÍA SOCIAL

En el corazón de la provincia de Neuquén, un grupo de Cuidadores lleva adelante un enorme trabajo de producción de plantas nativas para la restauración de áreas de explotación petrolera, una experiencia que luego de varios años, ha logrado sostenerse en el tiempo y generar trabajo para los jóvenes que lo integran. 

En el año 2010 la Fundación Familia comenzó los primeros pasos de un proyecto para la producción de plantas nativas, con destino a aquellas locaciones petroleras que habían finalizado su producción y debían restaurar la zona de trabajo. 

El proyecto empezó con jóvenes del oeste de la ciudad de Neuquén con dificultades para insertarse en el mundo laboral, y que se sumaron a una experiencia incipiente de la economía social y solidaria, desarrollado en un predio de 4 hectáreas en la zona de Valentina Norte Rural. 

A través de distintas capacitaciones, becas y alianzas con la Universidad Nacional del Comahue, el ex- Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y ex- Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, pudieron desarrollar un proyecto modelo de producción forestal en la región, con la visión y convicción de generar trabajo en un modelo de economía social.

En 2016 con el fin de algunos de los convenios, la dificultad de conciliar negociaciones prósperas con las empresas que compraban las plantas para trabajos de restauración y los problemas que todo ello generaba para continuar con el proyecto, la Fundación Familia comienza a integrar el Movimiento Nacional de Cuidadores de la Casa Común, que había iniciado hace poco tiempo con algunas experiencias a lo largo del país en torno a la generación de trabajo digno en el marco de proyectos de cuidado del ambiente.  A través de esta incorporación a una red cada vez más estrecha entre organizaciones, de la generación de nuevos convenios que permitieron la llegada de recursos y de salarios sociales enmarcados en el entonces programa “Hacemos Futuro”, el proyecto logró tomar un nuevo envión. 

En la actualidad, se producen unas 17.000 plantas por año, y lo que comenzó con unas 7 variedades, hoy ya se producen 17 tipos de especies forestales, con la visión de incorporar año a año nuevas variedades.

El rol del trabajador-emprendedor tomó fuerza en los últimos años del proyecto, con jóvenes que conscientes de sus capacidades, habilidades y compromiso, hicieron propio el proyecto y les permitió formarse en un área cada vez más demandada como lo es la generación de plantas nativas. La experiencia, les permitió generar una fuente de trabajo genuina, haciendo sostenible el proyecto.

«Este trabajo hizo que me interese mucho más en las plantas nativas y le des más valor, a medida que vas conociendo las diferentes tipos de plantas, que al ser nativas, te va generando mayor cariño a tu lugar» Juan, Encargado de Compostaje y Mantenimiento

Además de la producción de plantas, se sumó también el trabajo con la cría de cerdos, actividad que también comenzó a desarrollarse por el año 2010 de forma incipiente, pero que a lo largo de los años se convirtió en un modelo para la provincia. En la actualidad es una unidad productiva sustentable, y un espacio para que los productores de la zona puedan realizar capacitaciones y consultas, convirtiéndolo en un centro de referencia en cuanto a la cría de cerdos. 

La integración de la Fundación Familia a Cuidadores permitió además darle un nuevo marco a las actividades que venían haciendo: generando conscicia de la importancia del por qué de lo que hacemos, de la relevancia de trabajar en pos del cuidado de la Casa Común, al mismo tiempo que generamos nuestro propio trabajo en comunidad y fundados en las bases del cooperativismo, la economía social y solidaria. 

Hoy son 11 familias de jóvenes que trabajan y dependen de la producción de plantas nativas y la cría de animales, familias que apuestan a otro tipo de economía y de sociedad, acompañadas por un equipo de trabajo de profesionales que realizan el acompañamiento con la convicción y seguridad de que “este es el cambio que necesita el planeta”. 

El proyecto de la Fundación Familia es un claro ejemplo de lo que la organización, el cooperativismo, la autogestión, el trabajo, la presencia del Estado en sus múltiples formas, cómo así también la red que tejemos entre organizaciones pueden llegar a lograr: transformar el sueño de una vida digna en realidad.